sábado, 8 de enero de 2022

Los Paseos Encantados

 


Llegó Asia, la que fuera mi gran compañera en los principios. Juntas bajábamos y paseábamos sobre el sendero de los cantos rodados. Descalzamos nuestros pies, y jugábamos a moldear nuestros pasos sobre las impávidas piedras. Enseñándome a modular diferentes tonos de voz, mientras realizábamos lo que ella llamaba «El arte de los paseos encantados». 

Llegó un tiempo hermoso junto a Asia, aprendiendo a valorar y respetar cuanto me ofrecía esta nueva tierra. A la llegada de la noche y cuando caían los rayos y se desataban tormentas sobre el Valle, me imaginaba arropando al niño , protegiéndolo y cuidándolo como si fuese un crío desamparado.

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Cartas a Thyrsá –ExLibric- 2018

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