lunes, 31 de enero de 2022

La Orden Maya

 


Las mayas vestales, eran la regla marcial que habitaba en lo profundo del Powa, encargándose estas de la custodia y defensa de toda fémina que habitase en el Bosque y el Valle. Son elegidas y seleccionadas de entre las vírgenes vestales que ingresan en Casalún, no siendo pocas las aspirantes que solicitan el ingreso voluntario en dicha orden. 

Aunque sea de obligatorio cumplimiento, realizar el mismo ciclo de adiestramiento y enseñanzas que el resto de las jóvenes. Como una más de las comunidades externas dependientes de Casalún; se mantienen en el más estricto de los sigilos y alejadas lo máximo posible, de cualquier tipo de contacto. 

Ocultas a los ojos de cualquier ser humano y envueltas en una ardua disciplina que pocos conocen; las mayas se conservan castas de por vida, pues no han de conocer ni mancillarse con el amor de hombre, sirviendo a la Sunma y sus culmens, defendiendo a ultranza cualquier concepto de feminidad.

Fortalecen su cuerpo sometiéndolo a un arduo y duro adiestramiento, siendo combativas y belicosas.

© Todos los derechos reservados
Cartas a Thyrsá –ExLibric- 2018

La Sidonia


Había vivido en las profundidades de la Sidonia desde que tuvo uso de razón, era pues un refugiado de las Cavernas Amarillas, unas viejas minas de agua en desuso a las afueras de la pequeña aldea de Astry. Era pues un desprotegido, uno de los llamados huérfanos de la Sidonia. Un lugar destinado para los niños sin hogar, aquellos que no poseen casa ni familia, un refugio para niños desahuciados. Todos sus recuerdos le llevan allí, antes no había nada. Ya que jamás pudo recordar detalle alguno que le llevase a un tiempo anterior al de las cavernas.

Era la Sidonia un mundo laberíntico, forjado de manera natural por el curso del agua y el trascurrir del tiempo, en donde cientos de grutas se comunicaban entre sí ¿Quién decidía el habitáculo de cada niño? Todo era un misterio y enigma, nuestro niño siempre estuvo allí, ocupando el mismo lugar.


© Todos los derechos reservados
Cartas a Thyrsá –ExLibric- 2018

domingo, 30 de enero de 2022

Reseña del blog, El búho lector



El corazón del bosque Powa es un claro, un lugar fascinante donde los hechizos se respiran y se sostienen, un lugar para el descanso y el paseo de las Damas de Casalún.

Thyrsá es una anciana que aún mantiene la esperanza de ser rescatada por su amor.

Desde el castillo sobre los acantilados ella evocará y contará la historia de su niñez y adolescencia cuando era una niña en los bosques de Hersia.

A la vez conoceremos la historia de Ixhián, un muchacho que trabaja en las minas de agua en desuso.

En medio de su tierna historia cuando descubren el amor y siendo casi niños, deberán separarse, Ixhian tendrá que alejarse para entrenar y Thyrsá será llevada a un lugar solo de mujeres.

Estos dos protagonistas nos llevaran a distintos escenarios El en el pueblo de los magos llamado El país De la Roca y Ella a Casalún.


Dice el autor:

«Casalún es el pueblo de las mujeres, se levanta junto al río Powa, los grandes abetos guardan sus fronteras y los prados más hermosos de la Tierra descienden hasta la orilla del Ambrosía. Sus casas extremadamente blancas, donde sus pabellones, balnearios y residencias convergen en la Plaza Rosa. Allí por encima de los edificios destaca una torre redonda llamada la Atalaya...»

«La leyenda ha venido a visitarnos, ahora que concluye nuestro lenguaje con el corazón de la montaña y llevando recluidas casi tres ciclos lunares en los pasajes subterráneos...».

El mundo de Thyrsá es un universo paralelo, una exploración onírica entre Tolkien y Michael Ende.

Sensibilidad, magia, pasión, dolor y entusiasmo se dan cita en un entorno mágico donde surgen variadas mitologías, como la cultura celta y las tradiciones del norte europea y la Grecia ateniense.

«.... Ahora cierro los ojos me dejo llevar, evocando aquello lejanos días de infancia…»


Los personajes son muchos y muy ricos, guerreros, madres mariposas, demonios, elementales, hechiceros, ninfas, mujeres guerreras, seres mitológicos, hombres panteras.

Siendo mis preferidos, el brujo Dewa y Gris El Errante con sus magníficos caballos Dulzura y Cabalganieblas.

«En eso llego el Gris cabalgando sobre el Cabalganieblas que vaporizaba levantando confusiones, un ser predestinado y capaz de traspasar la más absoluta de las oscuridades...»


¿¿¿Díganme si no se enamoraron ya con esos nombres bellísimos???

«Las estrellas fugaces son amantes espaciales que caen, tras culminar el acto amoroso...»

Cada capítulo tiene nombres muy musicales al oído y coloridos, toda su novela es un destello de música y colores. Es una sutilísima mezcla entre historia y leyenda, delicado, sobre el amor, tejido de amor y gestos casi simbólicos.

«...Era pues un refugiado de las Cavernas Amarillas, unas viejas minas de agua en desuso... era un desprotegido, uno de los llamados huérfanos de Sidonia., un lugar para los niños sin hogar, un refugio para niños desahuciados...».


Leerlo es una forma de entrar a este universo que crea el autor, sin términos ni palabras raras que te mareen.

Profunda y atípica es una novela de aventuras, de historias dentro de otras historias, de misterio, de amor, de magia escrita por la mano de un poeta.

Cuando comiencen su lectura prepárense a perder de vista el mundo real y sumergirse en una historia original e hipnótica que se lee con la mente alerta y el corazón en puño.

«Cruzó nuestro joven el río, que bajaba violento e impetuoso bajo un viejo puente de madera adornado por corroídos balastros vegetales...».

Cartas a Thyrsá es la primer novela del autor andaluz Ricardo Reina Martell, nacido en la localidad de Coria del Rio.

Sus inquietudes artísticas lo formaron en Arteterapia y fundó la Asociación «Una casa en el árbol».

Es pintor, escultor y fotógrafo.

El autor ha usado como gran referente a Las mil y Una Noches, la poesía de Safo y los mundos antiguos.

Con hermosos poemas de su autoría que nos reflejan retazos de su vida y anhelos, comenzó a darle forma a la historia, lo que le llevo unos diez años en escribir su trama.

También lo influencio la lectura de Monte Verita, lo que cuenta en su prólogo:

«Como comenzó todo me pregunto desde esta playa... surgió de un relato corto Monte Verita de Daphne Du Maurier y quiero pensar que han sido ellas, sus sacerdotisas invisibles las que han dirigido mi mano pensamiento…».


Yo, en lo personal la he tomado como lectura de noche, en la cama, en una nebulosa región entre la vigilia y el sueño.

Me remitió a mis lecturas de infancia cuando las lecturas se convierten en algo vivido y vivido a fondo, donde retrasaba el final lo más posible, retrocediendo algunas páginas con las que más me sentí a gusto o en busca de un detalle que se me hubiera pasado por alto.

He vuelto a disfrutarla así de ese modo, lo que me fue contando el libro se volvió real en el momento de leerlo por mas fantástico que fuera.

Cada capítulo de esta novela de ficción romántica nos pone allí, al alcance de la mano el mundo creado por Ricardo.

Muchas gracias por confiarme su lectura, por responder las miles de preguntas que le fui haciendo al correr de las hojas y muchas gracias por haberme permitido recorrer con libertad esos senderos de luces y sombras, de paisajes serenos llenos de magia.

Espero que les haya gustado, les recomiendo la lectura de Cartas a Thyrsá y de paso conocer al autor y su maravilloso blog.

Hasta la próxima reseña, un enorme saludo búho !!!!!!!!!!!!!

http://buhoevanescente.blogspot.com/2020/02/a-pura-magia.html


viernes, 28 de enero de 2022

Torre Maró

 


Partieron nada más amanecer hacia Torre Maró que se hallaba a solo una jornada de camino. El trayecto se le hizo bastante pesado, pues una ligera llovizna los acompañó de principio a fin. Entrada la tarde alcanzaron al fin la torre. Un caballo blanco relucía atado al pie de la fortificación; dándole un vuelco el corazón, reconoció a Dulzura al instante.

Requerir Torre Maró suponía incomunicarse y apartarse de cualquier localidad cercana. Lo solicitó al encontrarse ávido de soledad y tras una imperiosa necesidad de apartarse del mundo.

El sonido roto y desgarrado de su voz, le trasladó a los tiempos del mar, envolviéndole cierta nostalgia por los días pasados en Torre Maró. Aportando a su memoria el recuerdo de las olas rompiendo a la atardecida, junto con el canto de las gaviotas revoloteando sobre la playa.

© Todos los derechos reservados
Cartas a Thyrsá –ExLibric- 2018

jueves, 27 de enero de 2022

Kudra, la Materia Oscura


Obra de Andrés Ríos

«Ya está aquí, la materia oscura devorándolo todo a su paso»

Kudra, la vieja deidad mangnificence, Dama de los Cuervos o también conocida como la Materia Oscura. Señora de la enfermedad y la locura.

Y Kudra, la vieja entidad se transformó descomponiéndose en un difuso componente baboso e inorgánico. No había podido ser, gracias a la declaración de favor de entidades originarias y primitivas que se posicionaron al servicio del Powa y su dama. Entonces entendí que había comenzado la guerra, una guerra incisa, una larga batalla… ya que Kudra, la Materia Oscura, había regresado.

© Todos los derechos reservados
Cartas a Thyrsá –ExLibric- 2018

miércoles, 26 de enero de 2022

El Túmulo del Tiempo

 


La siguiente prueba a la que sería sometido consistía en entrar en el Túmulo del Tiempo, un lugar arcano y reservado para muy pocos, habiendo de volver a pasar tres noches de nuevo en la más absoluta de las soledades.

En los subterráneos de La Mesa de Tinda, el joven habría de enfrentarse con sus sombras y aquellos matices que había malformado parte de su alma, ya que según Noru, los recuerdos y el pasado adquirían en dicho lugar una importancia sobredimensionada.

El ambiente era sumamente pesado en el interior del recinto y las sombras se acentuaban ganando presencia. Un olor a tierra rancia impregnaba el ambiente. Todo se hallaba rodeado de una apariencia asfixiante, reforzada por la tenue luz que emitían las escalonadas lamparillas a lo largo del pasillo. En tan incógnito espacio, las tinieblas vencían sobradamente a la luz, la temperatura descendía considerablemente y el entorno se afianzaba, conforme uno se introducía en las entrañas de la montaña.

© Todos los derechos reservados
Cartas a Thyrsá –ExLibric- 2018

domingo, 23 de enero de 2022

Astaria, la Danam Aíte

Gastón Bussiere

Ella es Astaria. 
¡Aquella capaz de vencer a la muerte!

Astaria es la Danam Aíte y dirige el culmen de las aítes, que son las sacerdotisas encargadas de dirigir el proceso de la muerte. 

El Paso, significa la importancia y necesidad de experimentar en plena lucidez el trance que nos lleva de la vida a la muerte

Existe en Casalún la orden de las Aítes, que han de servir de ayuda y guía durante el tránsito de la muerte. Siendo versadas en dicho trance y que según se cuenta; son capaces de morir junto a nosotras y guiarnos hacia la luz, para luego regresar a voluntad propia.

© Todos los derechos reservados
Cartas a Thyrsá –ExLibric- 2018

El Péndulo de la Clepsidra

 



El Péndulo de la Clepsidra es el encargado de distribuir nuestro espacio y velocidad del tiempo que vivimos.

Nuestro tiempo se haya limitado por el movimiento del Péndulo de la Clepsidra. Lo mismo funciona que deja de hacerlo. Para cada uno de nosotros es diferente su ritmo y balanceo. Ahora se desplaza y mece precipitadamente, como ahora lo hace de manera sosegada o casi imperceptiblemente. Siempre cadencioso, preciso, exacto… hasta que sin saber cómo ni porqué, la Clepsidra paraliza el proceso y el movimiento del péndulo se interrumpe.

Todos disponemos de un movimiento y tendencia, además de un tiempo predestinado de vida. Sin embargo, el péndulo puede que se detenga y repose en cualquier instante. Nadie sabe cuándo se da, ni el porqué de ello. Digamos que es el distribuidor de nuestra existencia. Y mientras que el tiempo para los demás sigue sucediendo, como si no ocurriese nada… para otros reposa, en espera de que comience a balancearse. Aunque en realidad nada se detiene y todo sigue su curso…

© Todos los derechos reservados
Cartas a Thyrsá –ExLibric- 2018

sábado, 22 de enero de 2022

El cuerpo comandador

 


«De una manera u otra la mirada sosegada del abuelo cruzó el tiempo 
y el comandador soñó al fin que volvía a casa. 
Razón por la que se acercaba de nuevo a Thyrsá, 
abrazándola y besándola hasta la locura».

En la región de las Viñas se formaban y adiestraban los futuros soldados comandadores, siendo esta la tradición heroica más antigua de la civilización humari, representando el sustento y la garantía de estabilidad para el Senatus de Luzbarán.

Los comandadores eran el cuerpo de élite que mantenía el orden y la defensa en la isla, siendo estos el grueso de soldados combatientes que se suponía deberían de custodiar el Imperio y el viejo orden.

Los comandadores incapaces de mirar más allá de sus añejas narices, se dedicaron a disputar entre ellos y todo el sistema social decayó en la pobreza. Se fueron aislando a sí mismos y aunque existiese siempre la posibilidad de entablar relaciones abiertas, el orgullo y la vanidad se lo impidieron. 
© Todos los derechos reservados
Cartas a Thyrsá –ExLibric- 2018

jueves, 20 de enero de 2022

La Summa Ana (Jana)


Edmun Blair Leighton

«Madre Ana quiere saber de mí, por lo que se limita a observarme y sonreírme suspicazmente. mientras que permanezco callada como si estuviese ausente, jugando nerviosa con las tazas y cucharillas que se hallan sobre la mesa».

Simpática y jovial, parecía una niña a pesar de su rolliza corpulencia. La señora jugaba mientras bailaba, moviéndose sin parar; enseñándonos, a Celeste y a mí, canciones y multitud de acertijos.

Ana es la madre de todas nosotras, ella es la regente de Casalún y por lo tanto, se le ha de nombrar con el título de Sunma. Me ha pedido que le cuente como me encuentro tras los meses transcurridos en la comunidad. Y lo cierto es que me siento escudriñada tras su mirada complaciente, aunque a la vez tremendamente embaucadora, lo que hace sentirme molesta e inquieta a la vez.

© Todos los derechos reservados
Cartas a Thyrsá –ExLibric- 2018

miércoles, 19 de enero de 2022

El Anillo de Piedras


Junto al camino que llega al País desde Casalún, conocido como el sendero de Belenia, se halla un montículo que mira hacia el norte. Es un cerro desnudo sin vegetación, al que llaman La Mesa de Tinda. Su cima se convierte en una enorme planicie, en donde se levanta un gran anillo de piedra y cuyo diámetro consta de veintidós bloques, de gran envergadura y tonelaje. Desde allí, en las noches limpias y claras, se percibe un cielo nítido invadido por estrellas y luceros. Un espacio cristalino en donde los encantados efectúan sus ritos y ceremonias.

Se cuentan muchas historias sobre el anillo de piedra, una de ellas nos dice que se alinea orientado hacia una constelación llamada La Nebulosa, en donde se encuentra Leirá, la isla del Espacio. Residencia de la gran dama que custodia y protege a la raza humari. Viejas leyendas a las que ya nadie otorgaba el más mínimo crédito; aunque lo realmente importante era que la Mesa de Tinda constituía un lugar especial y diferente.

© Todos los derechos reservados
Cartas a Thyrsá –ExLibric- 2018

La Casita del Cruce de Caminos

 

Como era de esperar, todo dio un vuelco el día en que se instalaron en el cruce de caminos, pues la vida comenzó a forjarse para el joven Ixhian, bajo el encantamiento y la erudición que le proporcionaban sus dos nuevos tutores. 

La cabaña era algo destartalada, aunque con espacio suficiente para vivir holgadamente los tres. Arón se llamaba, el elegante y distinguido señor que le condujera a caballo hasta su nuevo hogar. Acomodándose en una pequeña habitación junto a la puerta de entrada, mientras Latia y él, lo hicieron en la parte trasera de la casa. Quedó nuestro joven gratamente sorprendido y satisfecho, al comprobar que disponía de un habitáculo propio, al igual que en los tiempos de las cavernas; siendo bastante espacioso y disponiendo incluso de una mesa, varias estanterías y una luminosa ventana por la que entraba abundantemente la luz.

© Todos los derechos reservados
Cartas a Thyrsá –ExLibric- 2018

lunes, 17 de enero de 2022

Siné, la Señora de las Plantas

 


John William Waterhouse

En el Jardín del Manás habita Siné, la culmen de las plantas. Ella dirige el cuidado y mantenimiento de sus jardines, ya que posee un antiguo don que le fue transferido desde tiempos lejanos. Siné suele ser caprichosa e inestable y su comportamiento es dado a delirios y ciertas alucinaciones. 

Ella es la única en Casalún que no se somete a reglas en lo que se refiere al atuendo y las formas. Se cuenta que fue eximida de dicho compromiso, cuando comprendieron que su relación íntima con las plantas y vegetales, le hacía ser literalmente opuesta, a cualquier tipo de conducta o semejanza con las demás culmens de Casalún. Por eso la corte de asistentes que la rodean, suelen mantener ciertas distancias del resto de las damas y doncellas de la aldea.

Es un ser libre Siné, quizás es el más independiente y anárquico de toda Casalún y puede que de todos los habitantes del Powa. Posee el permiso para entrar y salir de cualquier habitáculo de la aldea, independientemente de la hora que sea. Encontrándose a su vez, eximida de cualquier tipo de compromiso o ceremonia.

© Todos los derechos reservados
Cartas a Thyrsá –ExLibric- 2018

domingo, 16 de enero de 2022

El Núcleo o la joya de las sirenas.

 


«Tú eres el corazón verde, hija, 
el Núcleo en sí. 
Tú eres el corazón de todo»

El corazón verde es el Núcleo, la piedra traída desde las profundidades de los Sargazos, tallada por el pueblo de los Daían y símbolo de la unión de ambas estirpes.

Sobre mi pecho cuelga el Núcleo, la joya de las sirenas. Soy una princesa Lahari y represento al pueblo de los sargazos. Va por ti madre, por ti mi querida y anhelada Aguamaya; he aquí a tu hija.

Me rogó que huyera de Lasismarí y que buscara refugio en la isla madre, que es como se designa a la Isla entre el pueblo lahari. Que la entregase a Melodía y que pusiese a salvo la piedra corazón, junto a la niña, ya que Thyrsá y el Núcleo eran inseparables.

© Todos los derechos reservados
Cartas a Thyrsá –ExLibric- 2018


Ada y la Capitana Maya


@nynshalee


Ada se mantenía callada y expectante, la noche se alargaba y habíamos entrado en una zona invisible del tiempo y de la que nunca antes, habíamos tenido constancia.

Ada es muy hermosa y atractiva, deberá andar ya pasando los treinta años, una melena lisa y dorada como el trigo le cae ondulada sobre los hombros, pincelando y dando juego a su toga encarnada. Calza unas enormes botas de piel marrón y bajo su cinto, llama poderosamente la atención una prominente daga que brilla centelleante. Su cuerpo es fuerte, aunque bastante bien proporcionado.

Se asoma Ada, mi querida capitana. Rubia como el sol y ataviada, como dispuesta para la guerra. Observo sus manos de Ada que no parecen pertenecer a una militar, su fina piel parece escupida en porcelana. Coquetea con el abuelo, Ada se relaja y deja de ofrecer su distintiva marcialidad y su recio carácter castrense, más bien podría decir todo lo contrario.

© Todos los derechos reservados
Cartas a Thyrsá –ExLibric- 2018

sábado, 15 de enero de 2022

Issantia, la llama del espíritu.

 


«La llama de la Issantia, ya no nos abandonará de por vida 
y pasará a ser una eterna compañera de viaje».

Abriendo sus ojos me hace entrega del fuego. Intento mantener la calma, seguidamente paso a Amanda la lamparilla que la baña bajo el rayo de luna, repitiendo el proceso una vez más. Eleonora, temblando, intenta repetir torpemente los movimientos. Volvemos a ensayar y formamos una especie de círculo. La ilusión o el delirio nos hace percibir cómo una red invisible rebasa la ventana, tejiéndose alrededor de la lámpara y de todas nosotras. Mientras que, ajenas a cuanto sucede, bailamos transferidas bajo la luz de la luna en un apartado y distante territorio.

A partir de ahora comenzamos los diálogos interiores con la Issantia, dejando de coincidir por un tiempo; ya que las directrices son bastante claras e incuestionables, introduciéndonos de nuevo en esta monotonía forzada que otorga el duro invierno, tan solo interrumpida por las esporádicas visitas de Asia, que ahora tan solo se limita a aportar y puntualizar, los consejos dictados por la culmen.

Curiosamente mientras avanzan los días, nuevos inquilinos se establecen en la casa; son las salamandras, los animales protectores del fuego y símbolo de la Issantia...

© Todos los derechos reservados
Cartas a Thyrsá –ExLibric- 2018

viernes, 14 de enero de 2022

Los Códigos del Agua


Fotografía @followmeaway

«Para llegar al fuego, es necesario vaciarse de tu agua estancada
y tú tenías mucha, amor...»


Se cuenta que en Casalún, la culmen profetizaba en una cueva y frente al roble sagrado tras masticar unas hojas de una variedad de una hoja alucinógena que le permitía entrar en trance.

Entonces, la sacerdotisa pronunciaba sus augurios al pie de la fuente sagrada y pronunciaba el oráculo tras masticar unas hojas de la hierba sagrada de belisiana.

Hubo un tiempo en que se pensaba que todo manantial se encontraba bajo la custodia de un guardián o una ninfa del agua. La mayor parte de estos manantiales o pozos se consideraban sagrados, encontrándose casi siempre bajo el cuidado de un Diosa. 


«Sumérgete en el estanque y deja todas tus lágrimas ahí, mi amor. No te las lleves contigo que ya no te pertenecen, no cargues con ni una sola gota de esa agua sucia y estancada, ya no son tuyas y no te corresponden, el dolor ya pasó…».

También, el agua de la fuente, era considerada una fuente de remedios físicos, pudiendo ser empleada además para llevar tranquilidad y sabiduría a la mente.

Así, para muchos, un estanque profundo o un arroyo de corrientes mansas era un lugar para la visión oracular. Casi todas las sacerdotisas del mundo antiguo sabían de sus poderes mágicos y tras tomar un baño ritual eran llevadas a un lugar donde hubieran aguas tranquilas y oscuras. Entonces, utilizaban sus aguas, tal si fuese el reflejo de un espejo, y podían describir sucesos que ocurrían en tierras lejanas o que hubiesen ocurrido mucho tiempo atrás.

Salir fuera a mirar el rostro de la luna reflejado en un estanque constituye un ritual ancestral.

Pregunte a la Diosa y ella os enseñará aquello para lo que estéis preparadas; por lo tanto, mientras permanezcáis en este Bosque, prestad el debido respeto a sus balnearios y estanques sagrados.

© Todos los derechos reservados
Cartas a Thyrsá –ExLibric- 2018

jueves, 13 de enero de 2022

En la Ladera de los Vientos


    Desde mi terraza y en los días despejados se divisa el mar, dado que mi caverna cuelga sobre la falda de una cumbre escarpada y lampiña, en donde el viento pega tan fuerte que no deja crecer nada. 

    Su sonido, constante y repetido, representa un nuevo lenguaje para nosotras, aunque nada parecido a aquel que bramaba recorriendo las callejas abandonadas del Muro. Su resonancia nos sirve  de compañía y cómplice de nuestra enseñanza. 

    En las noches ese rumor invariable se convierte en un rugido atroz y es entonces cuando el céfiro viento arremete con todas sus fuerzas sobre los pastos y las rocas. Habiendo de asegurar el portón que da acceso a la cueva, para evitar su intento de incursión y su demoledora compañía.

© Todos los derechos reservados
Cartas a Thyrsá –ExLibric- 2018

miércoles, 12 de enero de 2022

Globa, el Yaika de los Túmulos

 


«Cuídate soldado, todo es tan aparente como el reflejo en las charcas de lluvia,
y ni el corazón ni la sangre mienten nunca».

Lo primero que le sorprendieron fueron sus enormes ojos cristalinos, en donde se reflejaba su imagen como en un espejo. Su tez traslúcida, sus formas versátiles no ocultaban una edad ni un cansancio inconmensurable.

Entonces pudo observarlo con total nitidez; el Yaika reveló su figura al ponerse en pie y frente al joven que aún permanecía sentado sobre el prado. Observaba sobrecogido su cara de luna y confines al viento, danzando como mechas de una hoguera, ataviado con una túnica terrosa e incorpórea que se confundía con la hierba. De piel brillante, pero a la vez reflejada por decenas de matices; sonreía el Yaika, portador de una bondad milagrosa.

© Todos los derechos reservados
Cartas a Thyrsá –ExLibric- 2018

martes, 11 de enero de 2022

La Fortaleza del Mananú


«Cuando el tiempo era impetuoso, cabalgábamos refugiándonos en la antigua Fortaleza del Mananú, un lugar derruido en lo alto de una montaña, en donde tan solo una decrépita torre sobrevivía a las edades; en medio de una gran muralla arruinada».

Bajo la fortaleza se conforma una amplia planicie, donde se halla un pequeño santuario esculpido en la base de la montaña. En el interior de la muralla, aún se puede apreciar su gran recinto circular, fraccionado por grandes piedras que caen desperdigadas en la vaguada y regido por una vieja torre que aún resiste en pie. Allí, refugiados de la lluvia y las inclemencias del tiempo, volvían nuestros jóvenes a departir y retozar, tal como lo hicieran en los tiempos de Hersia; retomando la seducción de la mirada y el contacto que conlleva el amor y sus consecuencias.

© Todos los derechos reservados
Cartas a Thyrsá –ExLibric- 2018

domingo, 9 de enero de 2022

Brisella


«La misma niña Brisella, valiente y atrevida donde las haya,
dio un paso al frente desafiante…».

La más pequeña de todas y última en llegar fue Brisella, cuyo fuerte temperamento y su tremendo genio la distinguía del resto. Su devoción por Asia y su entrega sin reservas, le invitaba a compartir una intimidad y confidencialidad que las hacían, a ambas, inseparables.

Los días se van sucediendo con suma rapidez en Casalún y Brisella, la más revoltosa y atrevida de todas las novicias, parece que al fin consigue memorizar e incluso me he fijado lo bien que se le dan ciertas dotes interpretativas.

«Una vez examinado nuestro soldado por la más valiente de las doncellas,
Brisella regresó como el rayo e informó al resto del grupo».

© Todos los derechos reservados
Cartas a Thyrsá –ExLibric- 2018

sábado, 8 de enero de 2022

Los Paseos Encantados

 


Llegó Asia, la que fuera mi gran compañera en los principios. Juntas bajábamos y paseábamos sobre el sendero de los cantos rodados. Descalzamos nuestros pies, y jugábamos a moldear nuestros pasos sobre las impávidas piedras. Enseñándome a modular diferentes tonos de voz, mientras realizábamos lo que ella llamaba «El arte de los paseos encantados». 

Llegó un tiempo hermoso junto a Asia, aprendiendo a valorar y respetar cuanto me ofrecía esta nueva tierra. A la llegada de la noche y cuando caían los rayos y se desataban tormentas sobre el Valle, me imaginaba arropando al niño , protegiéndolo y cuidándolo como si fuese un crío desamparado.

© Todos los derechos reservados
Cartas a Thyrsá –ExLibric- 2018

viernes, 7 de enero de 2022

El Arte Lapidario


El arte del lapidario se le llamaba, el arte de obtener, dar el trato y el uso correcto a la piedra. Se buscaba cada una de ellas como si fuesen un tesoro, luego se moldeaba y dibujaban las runas en la roca apropiada. Eran los días en que el Bosque Powa aún no era un lugar preferencial ni plenamente habitado. Era este el tiempo de los grandiosos monolitos y de altares camuflados entre lo profundo de la selva. Tabernáculos donde el conocimiento nos era remitido en formas accesibles, a través de un código fácil y legible.

Las piedras, como ya os he dicho, son acumuladores tremendos de energía, en ellas se contienen y concentran las potencias de la tierra. Ellas constituyen la estructura y la base primordial de nuestro cuerpo, representando nuestra estructura y firmeza. La piedra representa el cuerpo, el fuerte y regio organismo, no más.

© Todos los derechos reservados
Cartas a Thyrsá –ExLibric- 2018

Los Siete Lagos de Conanza

 


Detalle del desfiladero de Daria
Arkhip Ivanovich

Al abrigo de las Díalas duerme el último de los siete lagos de Conanza, alimentándose del enorme caudal que cae en forma de torrente desde las altas montañas. El vapor y la niebla son constantes, produciéndose cierto fenómeno nebuloso al romper el agua sobre la superficie. El agua de la laguna se agita, aquí no hay un espejo como en la primera de ellas, ya que la corriente tubulosa impide cualquier tipo de reflejo. Me abate el recuerdo y la visión del primero de los lagos, donde todo era remanso y paz. Esta es la laguna más pequeña de cuantas la preceden, siendo cada una de ellas portadoras de un nombre asociado a primitivas deidades. A esta última se le conoce como El Altar, sin duda inspirado el nombre por la gran pared de selva y roca que la resguarda y protege.

© Todos los derechos reservados
Cartas a Thyrsá –ExLibric- 2018

miércoles, 5 de enero de 2022

Anette, la hija de leñadores.

 


John William Lycinna 1918

«En la comunidad y en ciertas circunstancias adversas, se acude a las celeradoras que son unas pequeñas avecillas grises de pico oscuro y alargado para poder comunicarnos en las distancias. La novicia Anette ha comenzado a dar muestras de poseer el don de comunicarse con ellas y por donde quiera que esta camine, siempre le rodean pajarillos que revoloteaban levantándose a su paso».

Es regordeta y de mofletes encendidos, se llama Anette y es hija de una familia del interior del bosque. Su padre es leñador y su madre costurera, se han despedido llorando y formando, la pequeña tal alboroto que, ha llamado la atención de toda la comunidad. La florecita salvaje le han apodado, y ya más tarde, en el dormitorio, ha vuelto a liar tal algarabía que ha sido imposible tranquilizarla. Teniendo que intervenir Arianna Clara que le ha cantado una nana, hasta conseguir que se durmiese entre mis brazos. A pesar de todo ha sido hermoso, muy hermoso.

Anette me coge de la mano, adoptándome como madre por lo que no se separa de mí ni un solo instante. Tampoco lo hace de Arianna Clara, que es tan solo un par de años mayor que ella. Entre ambas cuidamos a la pequeña Brisella, turnándonos en su custodia. Este hecho ha establecido un lazo de complicidad entre nosotras y lo cierto es que se halla mucho más serena. La Sunma Ana ha dado nuevas directrices, sorprendiéndonos al indicar que Anette es una niña especial y no quiere que le falten cuidados ni atenciones.

© Todos los derechos reservados
Cartas a Thyrsá –ExLibric- 2018

martes, 4 de enero de 2022

Arón, el abuelo.


«Tú eres el corazón del alma»

No era muy alto ni demasiado delgado. La primera vez que lo vi no era más que una niña. Recuerdo que llevaba un corto pero enmarañado cabello, junto con su recortada barba; de pómulos sobresalientes y mirada de payaso. Daba la sensación de tener un temperamento nervioso pero, nada más alejado de la realidad. También recuerdo  como me gustaba jugar con su cabello que le caía enmarañado de aquí para allá; sobre unas mejillas encendidas que le otorgaban cierta comicidad. Su sensitiva mirada era capaz de calmar cualquier tempestad y con su presencia me llevaba a una entrega y confidencialidad que jamás llegué a sentir por nadie.

«De niño me llamaban el búho por mis ojos saltones. Vivíamos en un mundo de cavernas, al igual que Ixhian, creo que ya te lo dije, mi niña. Nací en el poniente de la isla, entre los abruptos acantilados de Barás, un lugar inaccesible, oculto y desconocido para el resto de los habitantes. Me tocó sostener la memoria de los más antiguos, aquellos de los que ya nadie recuerda».

© Todos los derechos reservados
Cartas a Thyrsá –ExLibric- 2018

lunes, 3 de enero de 2022

Los Bosques de Hersia

 


«En nuestros corazones siempre quedarán subscritos esos atardeceres en donde, sentados sobre el altozano, percibíamos los últimos rayos del atardecer bañando las copas de los gigantescos árboles que conformaban los Bosques de Hersia».

La casa de Thyrsá se hallaba enclavada en lo alto de un altozano que, antaño debería de haber servido de baluarte o fortaleza. Abajo se abría colmando el horizonte toda la selva de Hersia en toda su profundidad.

En Hersia reinaba mayoritariamente la luz, mientras que en Valle Hondo lo hacía la oscuridad; por lo que casi nunca nos atrevíamos a cruzar la barrera de arena, que era como le llamábamos a la pista sin vegetación que separaba un lado del otro.

Los Bosques de Hersia terminaban donde daba comienzo Valle Hondo. Debido a que una amplia franja de tierra los separaba.

Los Árboles de Hersia

Alcornoques, Pinos, Álamos Blancos, Avellanos, Acebuche, Madroño, Aliso, Chopos y Fresnos.

La Flora de Hersia

Brezos, Helechos, Jara, Lentiscos, Mirtos, Acebos, Mentas, Tomillo.

La Fauna de Hersia

Cigüeñas, Águila imperial, Milano, Buitres, Cabra montés, Ciervos y Corzos, Lobos, Zorros, Pinzones, Abejarucos, Nutria, Trucha, Galápagos, Sapos, Anguilas.

© Todos los derechos reservados
Cartas a Thyrsá –ExLibric- 2018

domingo, 2 de enero de 2022

Arianna Clara, la rosa del Sení

 


John William Waterhouse

La rosa roja del Sení.

Su voz hechizaba tanto que incluso forzaba a descender hasta a la Sunma Anna para oírla. Ella nos ofrecía la paz del espíritu y con su voz nos trasladaba a un mundo colmado de esperanzas. Era rubia de un cabello dorado como jamás vi otro igual y sus ojos proyectaban infinitos azules como si fuesen estos un universo inexplorado. Tenía doce años, tan solo, cuando la vi por primera vez. La hija de Edurín, una leyenda antigua y remota ofertó un vuelco a la vida en Casalún, y desde entonces jamás faltamos, ninguna de nosotras, a clases de canto bajo la acacia blanca.

Arianna Clara deambula siempre sola y era la más serena y templada del grupo, quizás la consonancia lírica de su espíritu le hace mantenerse en un plano diferente a las demás, aunque nos preocupe su exceso de melancolía. 

La observo, sin que esta lo advierta, cómo absorta se pasea por los jardines de Manas durante las horas de descanso. Alejándose del resto de sus compañeras y perdiéndose por entre los pasajes que componen el más hermoso de los vergeles de la tierra. Le gusta plantar rosas y margaritas, además de sentarse a solas bajo la umbría que ofrecen los sauces y entonar en un murmullo cadencioso sus canciones.

© Todos los derechos reservados
Cartas a Thyrsá –ExLibric- 2018

Reseñas de Soley Aragones


Nos encontramos ante un libro genial, único, distinto y muy original que nos llevará a un mundo lleno de misterio.

He de reconocer que al principio me liaba un poco debido a los muchos nombres que aparecen, tanto de personajes como de lugares (si bien tuve la suerte de crear el mapa del libro gracias a su autor y con ello conocer mejor los maravillosos sitios que nos muestra la historia).

Pero pronto me acostumbré a ellos y quedé atrapada por la trama. Nuestra protagonista, Thyrsá, nos cuenta la historia en primera persona de su pasado. Pero no solo tendremos ese tipo de narración, sino también otra en primera persona de un personaje que no narra su propia historia, sino la del comandador, un joven del que se enamora Thyrsá, por lo tanto acaba narrando en tercera persona.

Veremos una historia de amor desde dos puntos de vista, igual de enamorados pero con una vida diferente, ya que el comandador tendrá que alejarse de la pequeña Mó (que es así como llama cariñosamente a Thyrsá) para entrenar y ella tendrá que separarse de él también para ir a un lugar solo de mujeres. Ambos aprenderán cosas y tendrán que vivir separados hasta que vuelven a reencontrarse. Seremos testigos no solo de ese amor sino también de una situación peliaguda en la que se encuentra Erde, la isla en la que habitan. Pues la guerra acecha y algo más...

El autor nos deja con un final sorprendente y con ganas de más, pues este es el primer libro y tendrá continuación.

He admirado la pluma y narración de Ricardo, tan elegante y llena de significados. Nos deleita de vez en cuando con poemas escritos por él que muestran sentimientos acordes al momento. Todos ellos llenos de emociones y palabras preciosas. Descripciones que alcanzan el alma y logran conmover. La pluma del autor es increíble. Además, nos muestra un intenso amor por la naturaleza que queda reflejado en las descripciones de cada lugar.

En resumen, este libro es una genialidad. Un mundo nuevo que ha logrado crear el autor de forma asombrosa y que nos atrapará conforme vayamos conociendo a los personajes.

"Una novela única, distinta y original de un mundo fascinante."

Pinocho, la puerta secreta.

  «¿Qué nombre le pondré? —Se preguntó a sí mismo. —Le llamaré Pinocho, y este nombre le traerá fortuna. He conocido una familia de Pinocho...