domingo, 2 de enero de 2022

Arianna Clara, la rosa del Sení

 


John William Waterhouse

La rosa roja del Sení.

Su voz hechizaba tanto que incluso forzaba a descender hasta a la Sunma Anna para oírla. Ella nos ofrecía la paz del espíritu y con su voz nos trasladaba a un mundo colmado de esperanzas. Era rubia de un cabello dorado como jamás vi otro igual y sus ojos proyectaban infinitos azules como si fuesen estos un universo inexplorado. Tenía doce años, tan solo, cuando la vi por primera vez. La hija de Edurín, una leyenda antigua y remota ofertó un vuelco a la vida en Casalún, y desde entonces jamás faltamos, ninguna de nosotras, a clases de canto bajo la acacia blanca.

Arianna Clara deambula siempre sola y era la más serena y templada del grupo, quizás la consonancia lírica de su espíritu le hace mantenerse en un plano diferente a las demás, aunque nos preocupe su exceso de melancolía. 

La observo, sin que esta lo advierta, cómo absorta se pasea por los jardines de Manas durante las horas de descanso. Alejándose del resto de sus compañeras y perdiéndose por entre los pasajes que componen el más hermoso de los vergeles de la tierra. Le gusta plantar rosas y margaritas, además de sentarse a solas bajo la umbría que ofrecen los sauces y entonar en un murmullo cadencioso sus canciones.

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Cartas a Thyrsá –ExLibric- 2018

1 comentario:

  1. Espíritu sereno y alma meditativa. Un personaje muy hermoso, una mujer excepcional. Besos Ricardo :D

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