La danza de la lluvia

 

En el bosque Powa y solo en circunstancias acuciantes se practica la danza de la lluvia.

Su música se interpreta con flautas y tambores, y en ella participan tanto hombres como mujeres, ya que a todos nos afecta la carencia de lluvia. 

En contraposición con otras danzas, los pasos son en zigzags y no en círculos.

Los hombres que conforman las filas son procedentes de las aldeas cercanas o incluso llegados desde el pueblo de La Roca.

Esta danza es dirigida por un encantado de la Roca y una culmen de Casalún, que suele pertenecer al círculo de las Aítes.

La danza de la lluvia se baila formando dos líneas paralelas. En una línea se colocan las mujeres y en la otra los hombres. Deben de tener una distancia de separación de un metro y se inicia levantando el pie derecho; para a continuación, realizar un movimiento hacia adelante y pisar el suelo con fuerza.

Se va repitiendo este movimiento con los pies, sin que las personas choquen entre sí y sin moverse en círculos. 

Mientras se realizan estos pasos los bailarines suelen rotar a lado derecho o al lado izquierdo para crear el movimiento en zigzag tan característico de esta danza. Este paso se realiza para que las personas puedan simular el movimiento del viento, lo que muestra una promesa realizada al viento.

Las mujeres hacen coros para acompañar los sonidos rítmicos.

Los hombres y mujeres portan máscaras. 

Los hombres realizan la danza de la lluvia con el torso desnudo y solo llevan pintura o collares a modo de adorno, mientras que las mujeres se cubren para esta danza, aunque deben ir descalzas y con un chal bordado sobre la túnica o vestido.

También se utilizan pieles de animales, una de las más populares es la piel de zorro. Esta piel se sujeta a la cintura y se acompaña de un mandil bordado.

Los accesorios son típicos en esta danza y se utilizan pulseras en las extremidades del cuerpo para poder lucirlas mientras se realiza el baile.