Sucedió en Beltane…
La procesión emprenderá su salida desde Plaza Rosa, y la elegida habrá de esperar nerviosa junto a la puerta del pabellón Espejo Santuario. Entonces Asia me ofrecerá una rama de azucena blanca y juntas iniciaremos la travesía a través del Belenia, rumbo hacia la fuente y el claro, en donde se abrirá como si fuese un milagro, el Cuarto Sendero.
Noru será el encargado de trasladar a Ixhian hasta el claro, aunque el comandador habrá de mantener los ojos cerrados durante todo el trayecto. Así sucede la vida en el bosque, sin apenas tomar conciencia de los tránsitos, ni patrones que marcan, los numerosos ciclos de la naturaleza…
Visto una túnica ligeramente anaranjada que representa la victoria del sol sobre las tinieblas y de la que cuelgan unos pequeños pliegues en tonos verdes, simulando los primeros brotes de las hojas en primavera.
La Bacante es en sí misma campiña y rocío, representando para el Bosque Powa un compendio de elementos, capaz de hacer resucitar la tierra y vegetaciones. La Inda Onmarisán significa el fruto que brota entre la Bacante y su príncipe. La Bacante se presenta sola e indefensa ante la madre de piedra que habita en la Turia. Allí toma los votos y se compromete con el Powa y a su vez con todos los seres que habitan en Erde.
Me colocan una máscara de tela que oculta la casi totalidad de mi rostro y con suma delicadeza peinan mis cabellos, engalanándolos con pequeños detalles que los convierten en un mar de filigranas brillantes.
Las doncellas más jóvenes me llevan de la mano hasta el límite de la Turia de la Diosa. Oigo el agua correr a través de la roca y aguardo con impaciencia ser presentada. Allí me espera Ví que porta otra extraña máscara pero sin ojos, ya que a este no se le permite la mirada.
Su torso completamente desnudo, tan solo lleva puesto un calzón de piel marrón y una especie de malla rojiza que le sube hasta las rodillas. Unas parcas sandalias cubren sus pies, de su hombro izquierdo le cuelga un arco, símbolo del cazador.
Junto a él observo la silueta de Noru, cubierta por una pomposa capa oscura. Su mostacho realza una cabeza desierta y brillante. Se aferra a su báculo de madera y un gran medallón dorado, le cuelga reluciente sobre el pecho. Al fin madre Ana me acerca hacia los hombres, ha llegado el momento y los cuatro nos desplazamos hasta el interior de la Aguja. Por orden de jerarquía, el cuerpo de la serpiente avanza rodeándonos.
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Cartas a Thyrsá –ExLibric- 2018
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De mis partes favoritas de La Isla. El encuentro de Ixhian y Thyrsá, tras tanto tiempo de espera... Besos :D
ResponderEliminarLa Isla es todo un mundo, un universo que se debate entre el encuentro y el desencuentro con el amado.
EliminarBesos, Ricardo.