martes, 21 de diciembre de 2021

Eleonora

 


Imagen de Ilan Goichman

Se llamaba Eleonora y no hablaba; debido a ello la creíamos muda de nacimiento.

Eleonora es el aire y la bruma de la mañana, ella es la hija de Lirio una descendiente del Quicio, lugar de confrontación y misterios.

Y al igual que la diosa irrumpe sobre las espumas de las olas; ella lo hace bañada entre azogues y efervescencias de plata. Su cuerpo delata espacios y formas, similar a una escultura esculpida en mármol níveo. Nunca he presenciado mujer más hermosa que ella, ruborizada por mis propios pensamientos, la cubro con el manto que me ofrece la dama, mientras esta me observa complacida.

Avanzaba como si fuese una fantasía y sobre su imagen se reflejaban fulgores y utopías inalcanzables. Hasta podría decirse que hasta las más insignificantes de las luces, centelleaban saludándola a su paso.

Cuerpo de modelo y escultura olímpica, tal como debiera ser la de una diosa de belleza sobrecogedora. Su cabello liso y oscuro contrastaba con su tez de porcelana; Eleonora representaba el sueño, todo lo lejano e imposible.

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Cartas a Thyrsá –ExLibric- 2018

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