La Xana Darwa

 

«La Xana Darwa es una fábula a la que nadie otorga un mínimo de credibilidad. Se contaban muchas cosas de ella, sin embargo, nadie había podido contemplarla, ni tan siquiera las Culmens de Casalún habían tenido dicha fortuna ni posibilidad».

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Nos han citado aquí las hijas del centro de la tierra, en la única sala donde se puede percibir un cielo abierto, a través de una enorme abertura que se abre en el techo. Esperamos que la luna se deje de ver de un momento a otro, pues su irradiación ya alcanza las paredes, siendo su aparición más que inminente. Quedamos sorprendidas, Eleonora y yo, ante la presencia que se aproxima, no siendo precisamente la luna quien llega iluminando el pasaje…

Porta una formidable toga cerúlea que la cubre por completo, en donde relucen encajes ceñidos de plata y argento. Imitando a una estrella fugaz que pasa. Sus ojos son verdes como el océano más profundo, sobre su pecho cuelga un llamativo amuleto en forma de pequeño caballo marino, y conforme camina se extiende tras ella un reguero de agua, ofreciendo la sensación de navegar sobre el pavimento.

Su tez es delicada y blanca, sus ojos son infinitos; se sujeta el cabello con una imperceptible malla plateada y lo adorna una delicada diadema, entrelazada en un mar de pequeños hilos brillantes, y en donde cuelgan miniaturas y representaciones marinas.

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Cartas a Thyrsá –ExLibric- 2018