«Al despertar en el nuevo día, un enorme venado se asoma imponente, sobresaliendo por la delgada línea que marca el horizonte. Era el Magna Anta, la presencia más antigua del bosque que nos recibe y otorga el consentimiento para acceder al Valle».
«Llegaba solemne y majestuoso el rey de todos los reyes. Aún puedo sentir su hocico apegado a mi rostro, reconociéndome, mientras yo paralizada de espanto y sin saber qué hacer, consentía con desgana su excesiva aproximación. Su enorme cabeza plagada de morfologías y rugosidades, daba la sensación de albergar un universo eterno e imperecedero. Una barba muy blanca poblada de largos filamentos, le caía estrechándose y concluyendo en unos pocos hilos rizados».
«Marchamos cabalgando sobre el Magno Anta, un animal mítico del que había oído hablar en Casalún, pero que muy pocas de nosotras habían tenido el goce de presenciar. Recordé verlo por primera vez, en la lejanía de los campos de Daflor, el día que alcanzamos el Valle de Tara junto a madre Latia, y como no, en la fatídica jornada frente a la Donna Morte, la Vampiria ¡Cómo olvidar a mi salvador!»
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Cartas a Thyrsá –ExLibric- 2018
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Hermoso e impresionante, como esta saga. Besos :D
ResponderEliminarSiempre me impresionó y causó un enorme respeto este animal.
EliminarDesde luego una delicia el verlo caminar por el bosque.
Saludos.