«En la noche, cuando las nubes lo permiten, suelo salir al patio trasero a observar el cielo nocturno y sentarme en el interior del círculo de piedras, sobre la arena de mi arroyo. Traslado con sumo cuidado la llama de la Issantia, hasta el centro del círculo y entonces conversamos ambas, en una mutua relación deleitable, a la que muchas veces se une Eleonora. En eso aguardamos a que la llama gane en altura, y siempre lo hace, cuando estamos las dos presentes, incitándonos a danzar atrevidamente, sobre la blanca arena del Ambrosía…».
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Cartas a Thyrsá –ExLibric- 2018
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Hoy vamos a explicar cómo crear un anillo de protección. De esta manera seremos capaces de crear un entorno mágico que atraigan a las buenas vibraciones. Lo primero que haremos será limpiar meticulosamente el lugar.
Según la tradición de Casalún se emplea un hilo de seda rojo; de manera que la medida siempre parta desde la altura de nuestro corazón hasta el extremo superior de la mano derecha. Es decir; extendemos el brazo derecho mientras que con la punta de los dedos sujetamos el hilo con la mano izquierda y a la altura de nuestro corazón. Esa será la medida base y a partir de ahí podremos multiplicar la extensión de la radio del círculo tanto como queramos.
Trazamos el círculo partiendo desde el centro del mismo con el cordón rojo, razón por lo que será necesario que el centro quede sujeto con una estaca o palo de madera al suelo y así podremos girar a su alrededor del mismo mientras trazamos la circunferencia; bien con otro palo o la guía que consideremos oportuna, el caso es señalarlo sobre la tierra.
Una vez trazado el círculo, habrá que marcarlo; bien con polvo de tiza, harina o algún elemento natural que haga sobresaltar el trazo de la circunferencia.
Seguidamente colocamos las piedras sobre el perímetro señalado, una a una, y con mucho cuidado.
Ahora es cuestión de comenzar la invocación círculo, imaginamos un hilo resplandeciente de luz que une las piedras. Damos siete vueltas al círculo, siguiendo el orden de las agujas del reloj, a la vez que recitamos mantras u oraciones de poder.
Podremos rellenar el interior del círculo con arena de playa, o tierra de algún lugar que tengamos una especial consideración. Alrededor de las piedras, y por fuera del círculo, podemos sembrar flores o hierbas mágicas, e incluso modificarlas según la estación.
En el centro colocaremos nuestras joyas, velas u objetos de poder. Conforme el tiempo pase, percibiremos que brota del interior del círculo una energía invisible y poderosa; el incienso, las piedras y los cristales harán el resto.
Crear un anillo feérico es una de las maneras de mantener una relación mágica con nuestra vida, razón por la que llegará el momento en que podremos meditar en su interior e incluso tumbarnos, danzar o dormir en él.
Cuando nos encontremos enfermos o deprimidos, el círculo hará de calmante, cobrará vida propia y mantendrá contigo una sana conexión. Algo que no se puede explicar Sí tenemos suerte, puede que alguna entidad antigua se sienta atraída por el lugar y entonces se dará al milagro y vuestra vida cambiará, para bien, radicalmente.
Hola Ricardo, qué preciosidad de entrada. No se bien donde podré hacer algo así en casa, pero te aseguro que voy a estudiarlo porque es una idea preciosa. Besos :D
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