viernes, 11 de febrero de 2022

En las cavernas de las Díalas

Alcanzada la estancia, compruebo como los tragaluces vegetales iluminan parte del aposento. Un pequeño y ovalado estanque, en el centro de la sala, hace de espejo reflector. Bajo la superficie del mismo se percibe una tremenda oscuridad, el estanque es un nuevo espejo y la quietud de su agua es completa. Paso mi mano por su superficie, comprobando como su reflejo se confunde con la realidad. El restante inmobiliario lo constituyen diferentes anaqueles y salientes de roca. Sobre un recodo, descubro una imperceptible y estoica estancia, separada por una cortina de mediana altura, tras la que se oculta un confortable lecho.

Al atardecer, avanzo por la galería hasta su desenlace final, donde se halla un recinto ancho y escalonado; cuya pared frontal la constituye un magnífico torrente de agua. Tomo asiento sobre la roca y descubro la sorprendente visión que se me ofrece; sobre todo cuando los últimos rayos de sol cruzan el tapiz de agua. Ahora entiendo que se disponga de luz natural en nuestras estancias. Nos hallamos asomadas a un balcón y al borde de una formidable garganta, sumergida entre montañas.

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Cartas a Thyrsá –ExLibric- 2018

2 comentarios:

  1. Impresionante descripción. Me he sentido en el lugar.
    Besos :D

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  2. Hace poco me mandaron un vídeo del lugar que inspiró "La ladera de los vientos".

    Besos, Ricardo.

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