martes, 8 de febrero de 2022

Las Granjas Paradiso, palabras que no fueron escritas.

 


El mundo se deshace y todo cuanto conocimos deja de ser. Ixhian, mi amor, ha cruzado el puente de la Valsyria acompañado del Gris, el errante nómada, sumergiéndose en un mundo paralelo y con el cometido de despertar a las Madres Mariposas, aquellas que fueron confinadas a la tierra de Paradiso tras la Cruzada de las Mujeres.

No nos queda más opción que recurrir a ellas; a quienes sustentaron todo conocimiento en la Isla hasta la llegada e irrupción del mando comandador. 

Con su invasión arrasó con el matriarcado que imperaba en nuestra sociedad, para dar paso al gobierno del hombre, pero de eso hace mucho tiempo y ahora Luzbarán, antaño conocida por la ciudad de Lagos, es un antro plagado de traiciones y felonías. Debido a ello, nadie percibió cuanto se avecinaba; la verdadera amenaza. Y ahora llega ella, la materia oscura, devorándolo todo, mientras comandadores y gobernantes se mantienen peleando entre ellos por acrecentar su poder.

Hace siglos que las Madres Mariposas cruzaron el puente y para ello fue necesaria la ayuda de Melodía, la gran madre que aún persiste en la selva del Urbian, sin embargo y contrariamente a lo esperado, la magia que nace de la tierra comenzó a florecer en el sur y el viejo bosque del Powa se alzó en magnificencias, dando lugar a dos grandes sociedades; el Pueblo de la Roca para los hombres y Casalún para las mujeres ¡Bendita sea la tierra, una y mil veces!

Mi amada Casalún, la tierra de la sacerdotisa y culmen de la alegría. En ese lugar fui nombrada Inda Onmarisam, regente del bosque y sustentadora de todo conocimiento, por lo que hube de enfrentarme a Melodía que se mantenía inalterable en el corazón del Urbian.

Desde Casalún han partido la comitiva, con el cometido de alcanzar un puente que se alza sobre los acantilados del Barás, para así alcanzar la tierra de Paradiso. Allí, solicitaran el regreso de las Madres Mariposas. Ellas son nuestra única esperanza, las que confinadas aguardan la apelación de su regreso. Para ello, es necesario que sea un soldado comandador, un representante de la miseria a que fue sometida nuestra Isla quien se lo implore. El comandador porta la joya de las sirenas, el Núcleo, como prueba de sometimiento al Powa y a la Inda Onmarisam.

Mi amor ya se acerca a las granjas, pero en medio, disimuladas, se hallan las terribles granjas agujero, en ellas perviven las viejas leyendas y los magnificentes, que no son otros que los más que viejos dioses de los que ya nada ni nadie recuerda, pero yo sé que él lo conseguirá y que mi amor cruzará Paradiso, de granja en granja, exponiendo la vida e incluso su cordura. Le acompaña el Gris, el caballero más triste que jamás haya conocido. Es el último de su raza y de cuando los errantes paseaban por la tierra en aras de su independencia, por lo que es lógico deducir que nada puede acongojar más que la perdida de nuestras alas y con ello la consabida libertad.

Thyrsá, desde la Batida.

2 comentarios:

  1. Cartas a Thyrsá, La Isla, es un libro que supuso para mi un antes y un después. De esas lecturas sencillas que van entrando como el agua riega. De esas historias que tienes necesidad de conocer más. Ahora, ya está en casa Cartas a Thyrsá, Las granjas Paradisos. La magia continúa.
    Gracias por esta historia Ricardo.
    Besos :D

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    1. Cartas a Thyrsá es una forma de vida; una contestación al ridículo mundo que nos rodea. Nada más.

      Besos, Ricardo.

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