La Atalaya es como se llama la torre donde residen las culmens, y sin duda es el más alto de todos los edificios de Plaza Rosa y de Casalún.
Una torre circular, de tejado redondo y con tres cuerpos de altura, sobresale por encima de los demás edificios de la aldea, siendo visible incluso desde la lejanía; construida su base con mampostería de rocas y guijarros traídos desde el Muro de Medranda, y rematada hermosamente con trenzados de madera las zonas superiores.
Se accede a ella por un sobrio portón en forma de medio punto, el cual suele encontrarse casi siempre abierto, invitando a cruzar su puerta, a aquellas de nosotras que tengan necesidad de consejo. Una espaciosa sala, en donde lo primero que se percibe son sus grandes pilares de madera torneados y forrados en rojo carmesí. De sus paredes cuelgan tapices bordados con motivos vegetales y variopintas representaciones de paisajes y animales mitológicos. Un olor atildado y limpio impregna el aposento. A dicha sala se le conoce como El Oasis, y constituye la totalidad de la planta baja de la torre.
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Cartas a Thyrsá –ExLibric- 2018
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