Las Dríadas o el alma de los árboles

 

«Son los hijos de Sanjaya, la pastora de árboles. Se cuenta que, algunos de ellos son designados por la diosa para hechizar y fascinar los dominios, siendo este árbol del cedro uno de los elegidos. Observadlo bien, que a pesar de lo tosco e inanimado del terreno; aun así, con tan solo su presencia es capaz de dotar dignamente todo el espacio perceptible».

Los espíritus del árbol se llaman dríadas y la tradición nos dice que portan disciplinas y conocimientos según la naturaleza de cada árbol.

Algunos árboles son curanderos, otros guardianes, protectores, consejeros... pero, en suma, y por lo general, suelen ser amigos de los seres humanos.

Tan solo personas de sensibilidad extrema y aquella puras de corazón podrán contactar con las dríadas que son sus espíritus protectores en un plano astral. Estas personas podrán obtener el permiso de acceder al reino oculto del árbol y de su comunidad, pero para ello hace falta disciplina y ganarse la confianza del árbol.

«Todo árbol posee un alma o conciencia individual, siendo portavoces que supervisan todas las actividades y energías que inciden en su entorno».